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Reporte de Tour en Sur América – Marduk

Reporte de Tour en Sur América – Marduk

Por Niklas Göransson
Traducido por Ulises Lombana

 

– ¡Gracias ciudad de México! Esta es precisamente la razón por la que seguimos viniendo.

La aprobación de Mortuus incita a la audiencia a aún mayores niveles de locura y cuando «Womb of Perishableness» empieza a vibrar lo que es seguido de algo más similar a un amotinamiento que una mera audiencia agitando la cabeza, o al menos así lo es para alguien acostumbrado a las audiencias Escandinavas. Otra diferencia notable es la manera en que los guardias de seguridad mantienen el orden – cualquiera que lamente las contrapartes hiper estrictas Suecas debería prestar atención a como son las cosas aquí. Mientras una chica de aproximadamente 17 años salta desde el escenario hasta la audiencia por encima de la cerca de seguridad, es rápidamente agarrada y golpeada en la cara por uno de los susodichos. Morgan Håkansson, el fundador y guitarrista de MARDUK, manifiesta su desaprobación dejando su instrumento y administrando un bastante férreo golpe en la cara del bruto.

– No acepto que un intruso le diga a nuestros fans cómo mostrar apreciación en nuestros conciertos – dice Morgan después del concierto – Y bueno, una reprimenda debía ser repartida.

El carácter espinoso de Morgan nace por un comienzo de tour muy poco inspirador; durante la primera comida después de haber bajado del avión se fracturó el diente. Como resultado, la siguiente mañana fue obligado a, con la ayuda de un intérprete, aventurarse a los caminos misteriosos de la Dentistería Mexicana.

– Estaba bastante preocupado de cómo terminaría esto – gruñe con la boca aún anestesiada – pero todo fue bien gracias a Carlos – mi asociado Mexicano y el líder de la Marduk Legion Mexico. Sin él habría estado en serios problemas, el dentista hablaba tanto Inglés como yo Español.

Los agravios no terminan con la calamidad dental, pues el bajista Devo se une a los rangos de los afligidos. Devo es un activista de su peculiar estrategia culinaria, llamada por él «básica»; esta consiste en rechazar la extravaganza de la gastronomía local con amplio desdén, en favor de, según él, «opciones seguras» como pizza y franquicias de hamburguesas globales. No hace falta complicar las cosas. Consecuentemente, las noticias de su intoxicación por comida no es recibida por corazones no muy alegres. La hamburguesa que cenó la noche anterior, mientras se burló de nuestra elección de comida Mexicana tradicional (un fundamento gastronómico que Mortuus describe como a base de «cartílago, fríjoles y sangre»), tenía algo mal. Y así, emisiones intestinales de carácter turbulento tomaron lugar a través de la noche. Una vez de día, lo encontramos pálido y mareado en el aeropuerto.

– ¿Cómo estás, Devo?, pregunta Morgan.

– Supongo que estoy bien ahora – el antes afligido responde con coraje – siempre y cuando no me mueva.

Morgan_Devo

 

Tras pasar las aduanas Colombianas nos encontramos con el promotor, alrededor de 10 de sus amigos y una multitud de fans ansiosos de tomar fotos y pedir autógrafos. Esta es la tercera vez que me maldigo a mí mismo por no haber memorizado la frase «No estoy en la banda» en Español. Habiéndome rendido y tomado el camino de menos resistencia al posar en fotos y firmar pósters de tour, a duras penas llegamos al autobus del tour. Algo curioso que noté es que los promotores de estos países no suelen tener problema al traer a sus amigos en estos viajes, lo que hace el viaje al hotel bastante íntimo. El día siguiente notamos una peculiaridad cultural mientras exploramos Bogotá a pie y visitamos una tienda de tabacos cualquiera mientras buscábamos agua. Las paredes de la tienda tienen varios pósters enmarcados, los primeros que observamos son de la película The Matrix, uno de IRON MAIDEN y un retrato de Hitler.

Eddie y Adolf, lo entiendo – dice Morgan – ¿pero Keanu Reeves?

Prueba de sonido: bastantes fuentes de confusión aparecen una tras de otra. Por ejemplo, la cerca de seguridad está a casi cuatro metros del escenario, lo que se ve absolutamente ridículo en la modesta sala de conciertos. Una posible explicación aparece cuando el grupo de grabación aparece e instalan un andamio metálico con una cámara de vídeo deslizante pegada a él. Mortuus rápidamente le informa al promotor que cualquier tipo de grabación del concierto está estrictamente prohibida, especialmente si eso significa que eso alejará a la audiencia del escenario. No hay problema – nos asegura el promotor – esto será rectificado antes del concierto.

Unas horas después nos encontramos con una de las razones por las que Bogotá es considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo. En un semáforo, una conmoción se manifiesta fuera del autobus del tour, con montones de gente intentando abrir las puertas a la fuerza. Nuestro conductor designado, un equivalente Latino de Charles Bronson en Death Wish, remedia la situación sacando un arma de fuego y apuntándola ante el alborotador principal. Se va corriendo, no sin antes arrancar un espejo retrovisor. Uno de los amigos del promotor (que como es usual nos acompaña en el vehículo) nos informa que puedes vender prácticamente cualquier cosa en el mercado negro de Bogotá.

Llegamos sanos y salvos a la sala de conciertos, sólo para encontrarnos con otro problema. La calle está llena de fans y los guardias de la sala de conciertos dan la impresión de estar audicionando para roles de película como agentes del Servicio Secreto, protegiendo a su comandante de fuego de francotirador. Forman un círculo alrededor del vehículo, gesticulando y gritando órdenes.

– Qué completa ridiculez – dice Morgan mientras alza su guitarra – no tengo miedo de mis fans. Hazte a un lado, simio.

Acompañado de sus colegas de banda, empuja a los vigilantes y se hace camino dentro de la sala de conciertos. Algo que observamos inmediatamente es la cantidad absurda de gente presente; en estándares de seguridad Europeos este edificio debería permitir un máximo aproximado de 350 personas – incluyendo empleados. El promotor vendió 900 boletos y de alguna forma cada uno de los asistentes logró entrar. Lo siguiente de lo que nos damos cuenta es del calor infernal en el que esto resulta, y eso que a estas alturas la primera banda aún no ha tocado. La audiencia estalla cuando la banda de apoyo del tour, los veteranos de death metal estadounidenses SUFFOCATION, empiezan a tocar. Pese al calor debilitante, los metaleros Colombianos crean la mayor explosión de violencia que jamás haya presenciado. Esto es algo completamente distinto al océano de teléfonos grabando al que estamos acostumbrados en casa. Poco sorprendidos descubrimos que la cerca de seguridad sigue ahí con cámara incluída. Mortuus a duras penas tiene tiempo de quejarse pues un lunático que se lanzó desde el escenario es tirado sobre la cerca y aterriza sobre el andamio – lo que lo destruye, y así pedazos de cámara de vídeo se dispersan por el piso.

– Excelente – dice Mortuus presumidamente – me ahorra tener que patearla hasta hacerla polvo.

Un par de canciones después, la temperatura ha llegado a por lo menos 60 grados Celsius; todo está húmedo, hay un goteo constante de sudor en el techo y la altitud hace que respirar sea una pesadilla. Teniendo en cuenta que yo tuve que asumir una posición fetal-espiritual sólo al esconderme en el área detrás del escenario, me es un total misterio cómo MARDUK logran terminar el concierto. Eso sin mencionar al os maníacos de la audiencia, que siguen totalmente enloquecidos. Mientras tocan «Azrael», Mortuus salta del escenario – empuja a los guardias y se para frente a la cerca de seguridad cara a cara con la primera fila, lo que aumenta el caos todavía más. Después de esto, él explica:

– La energía de la audiencia es contagiosa; cualquiera que haya estado en un escenario lo puede confirmar. Una audiencia fría te puede hacer perder el entusiasmo y hacerte querer que acabe, pero es imposible no sucumbir y ser llamado ante una orgía de violencia así. Es en un entorno ardiendo en frenesí como este que MARDUK brilla.

 

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Lima, Perú – inmediatamente nos damos cuenta muy pronto que el promotor del evento de esta noche no es descendiente de los grandes Incas construye-pirámides. Lo que también nos confirma nuestro excelente manager de tour Vander Caselli, pues al visitar la sala de conciertos para investigar antes de la prueba de sonido vuelve poco después, vibrando en ira y desagrado.

– Nunca en mis siete años en el negocio he visto incompetencia así.

En el escenario hay una batería y un amplificador de guitarra – nada más. El promotor no está ni un poco sorprendido, se encoje de hombros y se pregunta qué llegará primero, si el resto de los instrumentos o la audiencia. 6:30 pm; el águila ha aterrizado y MARDUK al fin pueden hacer la prueba de sonido, cinco horas después de lo programado. Una vez hecho, Mortuus entra al camerino en busca de alcohol. Inspecciona los dos refrigeradores que hay en el piso – uno con bebidas suaves y agua, el otro con cerveza.

– ¡Agua! – el promotor declara triunfantemente mientras apunta al primer refrigerador.

– Sí, gracias – contesta Mortuus – puedo notarlo.

– ¡Cerveza! – continúa el promotor ahora apuntando al otro refrigerador.

El vocalista me pregunta –

– ¿Es retrasado?

Sacudiendo la cabeza, se acerca a la mesa y examina el contenido; Absolut Vodka, Jack Daniel’s y una botella de vino tinto. Nada se le escapa a este sagaz promotor; toma cada botella individualmente y estridentemente apunta hacia cada una:

– ¡Vodka! ¡Whisky! ¡Vino!

Mortuus lo mira con desdén, y luego me mira a mi – parece estar al borde de contestar con más retórica tóxica, pero sufre de un corto circuito en sus glándulas sarcásticas cerebrales.

– ¿En serio? Jamás lo habría imaginado. Bienvenido a estar fuera de mi vida.

Mientras visito el camerino me encuentro con el promotor – ahora considerablemente borracho, vertiendo lo que queda del whisky de la banda en su propio vaso. Balbucea algo sobre el metal Sueco, me da una palmada en la espalda y se va del camerino tambaleando. Esto no termina aquí – después del concierto el promotor declara que es imperativo que le tomen una foto con la banda. Tristemente, la oportunidad para una foto es mitigada por una desafortunada malfunción de equilibrio, lo que sigue por una escena digna de una comedia, que lanza volando el contenido de una lata de cerveza sobre la guitarra de Morgan.

– ¡No problem! – protesta el promotor mientras es bruscamente expulsado de su propio camerino –

 

La estética del a capital de Chile, Santiago, parece otro mundo comparado con los anteriores tres países, excepto por el tráfico vehemente. La sala de conciertos es gigante y espaciosa y el evento está bien organizado. Para alguien que está empezando a apreciar el caos Sudamericano, es casi decepcionante. Pero después de esto, es con gran satisfacción que descubro que los casi mil metaleros Chilenos presentes son tan salvajes como sus vecinos. Otro rasgo que comparten es el entusiasmo por la fotografía intrusiva, lo que nos lleva a un desacuerdo percusional. Al terminar el favorito del público «Christraping Black Metal», el baterista Lars Broddesson se voltea y pide ayuda con uno de sus platillos, sólo para encontrarse con el técnico de batería con un smartphone apuntado hacia él.

– No grabes – Lars gruñe.

Irritado, empieza a arreglar el platillo por su cuenta.

– ¡No! – protesta el técnico – ¡Ese es mi trabajo!

Por un instante sospecho que estoy a punto de presenciar al aspirante director de películas recibir una metódica enseñanza en la aplicación de baquetas en zonas donde el sol no alumbra. En lugar de esto, Lars se conforma con agitar la cabeza de un lado a otro mientras vuelve a reparar su platillo. Una vez el concierto acaba, sale de la habitación a fumar un cigarrillo pero es inmediatamente rodeado por fans que estaban reunidos esperando, lo que es otro buen ejemplo de las políticas de acceso a camerinos en el continente. Cuando paso por esta reunión de fans, veo a Lars bebiendo cerveza local, lo que es aplaudido por los fans. Lars usualmente no es muy sociable, pero esta noche está inusualmente jovial gracias a la fantástica reacción de la audiencia.

– Hago algunas excepciones, pero no puedo decir que toco black metal para viajar y ser amigable con las personas.

 

Habiendo dejado el hotel a las 4:30 de la mañana, soportado el viaje a Curitiba (Brazil) y después luchado con otra prueba de sonido de tres horas por culpa de un circuito defectuoso; una orgía de carne de proporciones épicas se siente merecida. Nos encontramos en lo que el promotor local dice que es la mejor churrasquería del país – un buffet Brazileño que aparte de varios tipos de entradas sirve carne asada al carbón de una cantidad sorprendente de distintos animales. Uno se encuentra con todo desde corazones de pollo a pavo, de filete de lomo hasta pierna de cordero. El gastronómicamente conservador Devo está sentado frente a un plato de arroz y chips de tortilla – sin ninguna entrada, ensalada, gravy ni nada similar, y empieza a inspeccionar un trozo de carne grasoso con radiantes sospechas emanando de su mirada. Para neutralizar las posibilidades de consumir el cadáver de esta criatura aventurera, es bastante persistente en sus intentos de interrogar al camarero sobre la fauna de origen. Tristemente, la barrera de lenguaje prueba ser una encrucijada diplomática.

– Qué es eso – pregunta Devo agitado al promotor –

– Carne – es la útil respuesta.

– No me digas, creí que era una alfombra. Idiota.

Una hora después todos los miembros de banda muestran una variedad de síntomas por culpa de la híper indulgencia calórica casi fatal, hasta el grado que el promotor empieza a preocuparse. Nos dice que en el pasado, tuvo que posponer un concierto dos horas después de que la banda en cuestión comieron hasta el estupor comatoso en el mismo restaurante. Determinado a no sufrir el mismo destino, el Doctor Håkansson se prescribe a si mismo un par de vasos de licor fuerte para ayudar la digestión, lo que afortunadamente funciona. Nos tomamos un descanso eld ía siguiente, pues tener que estar presentes sólo hasta las ocho del a noche es un cambio muy favorable comparado con los anteriores días. Un fan dedicado nos espera fuera de la sal de conciertos, sosteniendo un póster enmarcado de la anterior visita de MARDUK. Aparte de fotos y autógrafos le es concedido un pase de acceso para el camerino, lo que trae lágrimas de alegría a sus ojos.

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Río de Janeiro – última parada del tour. Después de mediodía nos encontramos con más problemas, esta vez en cuanto a la aptitud del técnico de escenario. Las sospechas son confirmadas una vez MARDUK empieza a tocar, confirmado por su completa incapacidad de hacer incluso la tarea más simple. Mientras tocaban «Temple of Decay», a medio concierto, me entrega el control remoto de la máquina de humo y me anuncia que tiene una avasalladora urgencia de visitar las instalaciones del baño. Tocando ya «Baptism By Fire», la penúltima canción, todavía no aparece y Mortuus no está en lo más mínimo feliz.

– ¿Alguien ha visto al gordo idiota del técnico de escenario? – pregunta a la audiencia.

Al final del concierto todavía no lo encontramos por ningún lado, lo que me obliga a recoger los instrumentos del escenario. Cuando estoy recogiendo el pedal de Morgan, un miembro de la audiencia me agarra del brazo. Alzo la cabeza y veo a un caballero de color con la cabeza rapada, un collar con una esvástica y una camiseta que resultaría en una sentencia carcelaria en Suecia si fuera usada en público. Mi sorpresa trasciende a algo similar a la neurosis cuando él, aún firmemente sosteniendo mi brazo, explota en una fonéticamente audaz interpretación del himno nacional Sueco, con su brazo derecho levantado. Después en el camerino mis intentos de compartir esta experiencia son encontrados con incredulidad. Después, con una gran satisfacción, vuelvo a presenciar el mismo espectáculo cuando Lars es asaltado por el mismo individuo mientras toma una pausa para fumar.

Después de un after-party en el hotel, lo suficientemente ruidoso para despertar al líder de VADER Peter Wiwczarek a varias habitaciones de distancia, esto concluye nuestro trabajo.

– ¿Qué mejor forma de celebrar esta victoriosa campaña – dice Morgan – que con buenos amigos, buen whisky y «Odens Ride over Nordland» de BATHORY?